Sunday, May 20, 2007

La dama del poncho rojo



Siempre con su voz aguardientosa, ahora –incluso- venida a menos. (Ya tiene ochenta y ocho años, pues.) Cada vez más seca, más cavernosa, ese timbre que parece a punto de colapsar en cualquier momento, pero que a la vez hace emocionar como ningún otro. Son pocos los que pueden conseguir eso. Chavela es uno de esos raros y maravillosos especímenes.

Costarricense de nacimiento, pero mexicana por adopción. Lesbiana. Cantante. Bohemia a rabiar. Fiel a su ley había tocado fondo, hasta que el director Pedro Almodóvar la rescató de un bar de mala muerte en ciudad de México y la regresó a su público. Su voz había cambiado. Le costaba más. Los tragos y los años habían pasado factura a la compañera de parrandas del gran José Alfredo Jiménez (otro de los pocos que consigue lo que Chavela cuando canta). No hay mucho que decir de esta mujer. Sólo hay que escucharla cantar, dejarse llevar, transportarse. Una voz especial, rara, patética. Y un sentimiento único que imprime en cada canción que no me hace llorar de puro macho. Aunque tengo que confesar que a veces no he podido aguantarme.

Dice Joaquín Sabina que “las amarguras son menos amargas cuando las canta Chavela Vargas…”. Sólo sé que las cosas, los problemas, las dudas, todo, adquieren un matiz diferente en la voz de Chavela. Y no puedes hacer otra cosa más que adorarla.


Oscar Aybar

1 comment:

JARANOVICH said...

Cantinero, llegó el cervecero. Palmas para Chavela Vargas.

Saludos,

BlogsPeru.com