Miércoles 11 de junio de 2008, explanada del estadio Monumental
Foto por Droogie
Eran las dos y media de la tarde y al menos cincuenta individuos ya hacían cola, la mayoría enfundados en sus polos de Megadeth, pero también de otras bandas del género (menos de Metallica). Luego de pedir a los que me antecedían que guardaran mi sitio, a lo cual accedieron gentilmente, me fui a almorzar. Volví pasadas las cuatro y los de la fila ya eran varios centenares. Algunos combatían el frío con ron, otros con tronchos, mientras varios más mataban el hambre con chatarra que los recién llegados iban trayendo. Ya posicionado, pude ver más camisetas negras que seguían subiendo desde el óvalo, alimentando mis esperanzas de ver colmado el recinto.
A las seis nos dejaron entrar a la explanada y me dispuse a coger la mejor ubicación en mi zona, "Rust In Peace", a treinta metros del escenario. Éste estaba decorado de forma bastante sencilla, con un telón de fondo con el logo del grupo, flanqueado por dos pantallas gigantes, más los amplificadores y las luces de rigor. La excelente música de fondo hizo menos tediosa esta nueva espera. Se dejó ver Fiorella Rodríguez, cada vez más flaca (parecía la versión femenina de Vic Rattlehead), también Koki Belaunde (¿?), entre otros representantes de la fauna de Chollywood. Mientras tanto, nosotros dábamos de alaridos y hacíamos la seña de los cuernos que popularizara Ronnie James Dio a las cámaras de los programas de espectáculos.
A las ocho, ya era evidente que no se alcanzaría el lleno total, lo cual me entristeció un poco. Sin embargo, el entusiasmo de los presentes hacía augurar que sería una noche de aquellas. Por las pantallas gigantes se confirmó para el 5 de agosto la llegada del prestidigitador del hacha Joe Satriani (¡imperdible!) y también publicitaron el show teatral de Chespirito (duramente pifiado). Iron Maiden asaltó nuestros oídos y comenzamos a corear sus canciones, preparando las gargantas para lo que se nos venía. Sin que terminase
Run To The Hills, y un minuto antes de la hora señalada, Megadeth salió a escena.
Apenas vi a Mustaine y compañía, pensé que me arrepentiría hasta el fin de mis días por no haber llevado cámara, pero pronto caí en cuenta que desde mi posición nunca hubiera podido obtener alguna imagen o filmación decente (el pogo en mi zona fue tan brutal que casi derribamos la valla de contención, lo que obligó a los de seguridad a reforzarla con grandes barras de metal). A cambio, el no tener nada o nadie a quien proteger me hizo disfrutar al máximo del espectáculo.
El cuarteto arrancó con
Sleepwalker y el frenesí se apoderó de nosotros.
Take No Prisoners,
In My Darkest Hour,
Hangar 18 y demás clásicos fueron coreados hasta la afonía, no así los temas del último álbum, recibidos con relativa tibieza por la audiencia. Justo antes de empezar
À Tout Le Monde, el gran Dave colgó en el soporte de su micrófono una bandera peruana que habían arrojado al escenario y allí flameó durante el resto de la función. En
Symphony Of Destruction todos fuimos uno y el grito "Megadeth, Megadeth, Perú es Megadeth" acompañó a Mustaine cada vez que hacía el legendario riff. Luego vino
Trust, con sus infaltables estrofas en nuestro idioma (nunca me sentí tan identificado con aquello de "Me duele todo el cuerpo") y siguieron las impactantes
She-Wolf y
Peace Sells, dejando para el cierre la delirante
Holy Wars...
The Punishment Due. Me sorprendió que no tocaran
Mechanix (en Chile y Argentina sí lo hicieron) y me quedé con las ganas de escuchar
Foreclosure Of A Dream (mi favorita del conjunto). Incluso así, me pareció un
set list demoledor.
El desempeño de Dave Mustaine merece un párrafo aparte, pues no todos los días toca en nuestro país una leyenda como él. Su capacidad con las seis cuerdas sigue intacta y muchos emulamos sus fenomenales solos desde nuestras
air guitars; es un alivio ver que aquella lesión a los nervios de su brazo izquierdo (que amenazó con retirarlo prematuramente de los escenarios) quedó sólo como un mal recuerdo. El colorado, que normalmente es bastante frío y tímido, estuvo feliz con la respuesta del público, se dejó adorar sin remordimientos y (pese a lo horrible de su castellano) se mandó con varias frases que nos encandilaron, nos agradeció el cariño que le profesamos y prometió volver muy pronto.
Respecto al trío que acompañó a Megadave, Chris Broderick demostró que era cierto todo lo bueno que se decía de él y por momentos nos hizo olvidar al genial Marty Friedman. James LoMenzo la rompió en el bajo (sobre todo en
Peace Sells) e hizo sentir su presencia escénica, dirigiéndose constantemente al público con una gran sonrisa (la mayoría ni se acordó que "JLo" fue miembro de White Lion, una banda de glam metal). Carismático, el gringo. Quien no me terminó de convencer fue Shawn Drover, quien en shorts y con su polo de la selección peruana parecía recién llegado de una pichanga. A la percusión le faltó poder y virtuosismo, pienso que Mustaine puede conseguir un mejor baterista para su banda.
El comportamiento del público fue normal, para lo que se puede esperar en un concierto de estas características. El pogo, si bien rudo, nunca fue malintencionado y no hubo lesionados de consideración. Tampoco faltaron quienes abandonaron su zona en pos de acercarse más al conjunto, pero los gorilas de seguridad los hacían volver o los botaban del local a empellones. La nota negra de la velada la protagonizó un infeliz que se subió al escenario, pero uno de los
roadies lo neutralizó rápidamente, mientras Mustaine se quería comer con los ojos a los encargados de protegerlo por la demora en su reacción y por no haber previsto esa contingencia.
Sin temor a equivocarme, puedo afirmar que este ha sido, de lejos, el mejor concierto de metal realizado en el Perú. Aunque duró sólo noventa minutos y hubo algunos problemas con el sonido (sobre todo al principio), fue un espectáculo muy intenso y nos dejó molidos y extenuados, pero dichosos. Fue todo un privilegio haber asistido, lo guardaré permanentemente en mi memoria.
Set List:
Sleepwalker
Wake Up Dead
Take No Prisoners
Skin O' My Teeth
Washington Is Next!
Kick The Chair
In My Darkest Hour
Hangar 18
Gears Of War
À Tout Le Monde
Tornado Of Souls
Ashes In Your Mouth
Burnt Ice
Symphony Of Destruction
Sweating Bullets
Trust
She-Wolf
Peace Sells
Holy Wars... The Punishment Due
Jorge Luis Gutiérrez Torres