Ocurre a veces que en las ferias de libros hay todo menos libros. La idea es provocar la mayor atención de un público cada vez más distraído y aburrible. Por eso es muy celebrado el bullicio y los suvenires. No importa que se lea o no. Ese siempre es asunto privado (o reducidamente colectivo). Y también pasa que una feria del libro es el ambiente propicio para que afloren cantautores nacionales en concurridas sesiones de firma de libros biográficos, de títulos que recuerdan las causas nobles de los best seller de autoayuda, y que además –no podía ser mejor el pack- vienen con el disco en versión acústica de sus últimas acometidas.
Le preguntan al cantautor nacional cómo así su nueva afición por las letras. Dentro de todo, nos explica después el periodista que también dice ser escritor, el cantautor es un artesano del lenguaje, o poco más o menos, por lo que el tránsito entre un registro y otro es natural e inevitable. Ya encontrando alguna palabra que le ayude con la valla de la página-mente en blanco, el cantautor reconoce que él es un aprendiz de escritor, pero que “está investigando más sobre los libros”.
Ello me hizo imaginar en qué tramo de la investigación pueda encontrarse. Quizá sepa -o esté muy próximo a saberlo- de qué están hechos los libros, cómo se imprimen y encuadernan. Quizá ahora distinga las carátulas de las cubiertas y de las portadas. Quizá prefiera las tonalidades mate y esté triste porque hay algunos extensos, gordos, muy poco saludables, en los que no asoma ni una sola ilustración y todo es cansado tipo monocorde. Quizá ya sea de su conocimiento, como la tribu aborigen que cuenta Denegri, que los libros se abren y se cierran en dos enérgicos como simultáneos movimientos de manos y muñecas; que, como Chespirito, son útiles para nivelar las mesas o acabar con un arácnido; o que, como dicen de Atahualpa, sean aptos para estrellarse aparatosamente contra el suelo.
Si hay suerte, mucha mala suerte, también puede descubrir que sirven para ser leídos.
Abraham García Chávarri
Le preguntan al cantautor nacional cómo así su nueva afición por las letras. Dentro de todo, nos explica después el periodista que también dice ser escritor, el cantautor es un artesano del lenguaje, o poco más o menos, por lo que el tránsito entre un registro y otro es natural e inevitable. Ya encontrando alguna palabra que le ayude con la valla de la página-mente en blanco, el cantautor reconoce que él es un aprendiz de escritor, pero que “está investigando más sobre los libros”.
Ello me hizo imaginar en qué tramo de la investigación pueda encontrarse. Quizá sepa -o esté muy próximo a saberlo- de qué están hechos los libros, cómo se imprimen y encuadernan. Quizá ahora distinga las carátulas de las cubiertas y de las portadas. Quizá prefiera las tonalidades mate y esté triste porque hay algunos extensos, gordos, muy poco saludables, en los que no asoma ni una sola ilustración y todo es cansado tipo monocorde. Quizá ya sea de su conocimiento, como la tribu aborigen que cuenta Denegri, que los libros se abren y se cierran en dos enérgicos como simultáneos movimientos de manos y muñecas; que, como Chespirito, son útiles para nivelar las mesas o acabar con un arácnido; o que, como dicen de Atahualpa, sean aptos para estrellarse aparatosamente contra el suelo.
Si hay suerte, mucha mala suerte, también puede descubrir que sirven para ser leídos.
Abraham García Chávarri
2 comments:
Si le gustan los cantautores aqui les va uno, se llama Dario Chiesa.
www.darito.com.ar
Saludos!!!
Gaby
las letras de gianmarco son bastante limitadas asi que me imagino que sus relatos deben andar por ese nivel, pero dado su estatus de celebriti seguro vendera miles de copias
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